28 semanas

Cuando supe que estaba embarazada por segunda vez, empece un tablero de pinterest para recordar todo lo que quería hacer antes de que naciera. El primer pin fué este diario semanal del embarazo. Creo que no llegué a escribir ni cuatro semanas. Tampoco he conseguido una fotografía de la barriga cada semana.

El tiempo se diluye entre los dedos como si fuese arena, y ya estamos en el tercer trimestre y las cosas por decidir se acumulan: seguimos sin nombre, aún no he comprobado que necesito para la canastilla (aún gracias que los reyes majos se acordaron de empezarla)

Por suerte, en el segundo embarazo, ya sabes que de hecho, poco se necesita los primeros meses: muchos abrazos, mucha teta, una cama grande (si tres son multitud, ni te digo cuatro), ignorar el polvo que se acumula en estanterías y suelo y unas abuelas dispuestas a llenarte la nevera...El resto vendrá casi sin que lo pidas. No necesitas ni carro, ni cuna, ni biberones... no hay bebé que duerma en el suelo, ni le van a faltar brazos para mecerlo y la leche que ya preparan tu pechos és el mejor regalo del mundo.

Recordarme que esto salió de mi boca cuando me invada el #síndromenido y la crisis de "¿dónde voy a meter todos los trastos que necesita un bebé?".



Poco a poco, le sigo tejiendo, cuál arañita que teje su tela, sin prisa pero sin pausa. Es mi momento del día. Me siento y me concentro y de vez en cuando una patadita me recuerda que somos dos.
Ese es el momento de respirar hondo, dejar a un lado la labor y irse a descansar. Mañana faltará un día menos para vernos.