Ando escasa de tiempo para mí últimamente. Asi que el poco que tengo prefiero disfrutarlo off-line.
La Semana Santa fué un tiempo de mamá fulltime que pone a prueba la mejor de las paciencias; de la cuál, dicho sea de paso, carezco. Benditas profesoras de parvulario, yo con dos, acabo rendida.
Pero reconozco que dió para mucho:
Aprovechamos una caja de cartón para convertirla en una casita, segun las instrucciones de la colapsive cardboard house. Además la pinté con pintura de pizarra para decorarla mil y una veces.
Avancé en mi curso de bordado de srta Lylo en domestika.
Como cada año, intentamos, sin éxito sacar algo comestible del horno para la mona. Suerte que siempre hay plan b tipo mouse sin horno. Y que A. ya colabora activamente del lado crafty y se encargó de la decoración.
Y, qué no se me olvide, alguién cumplió su primer añito y sumamos un encuentro familiar más a nuestra ajetreada agenda de ágapes habitual.
Tempus fugit. Y volvimos a la rutina sin haber descansado.
Siento que no aporto nada nuevo para los que me seguis por intagram, pero me gusta dejar constancia también aqui de como trasncurre el tiempo y en que lo invierto.
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