litera

Al leer la reflexión sobre la paciencia y los niños devioletazul, me acordé de la historia de esta litera para muñecas con cajas de fruta.

Hace muchos años, en la era pre-pinterest, mamarecicla publicó una litera para muñecas que me apresuré en retener en mi to-do-list.

Hace más de un año, en la última época de fresas, recogí dos cajas iguales en la frutería y las pinté con pintura de pizarra. Unos, bastantes, meses después, desmonté una tercera caja de frutas para aprovechar las cuatro piezas rectangulares que montan la litera.

Algunas semanas después A. construyó la escalera y la decoró a su gusto. Ains, se acabó el tiempo de la decoración minimalista y los colores combinados por mamá. Utilizó toooodos los rotuladores de la casa.

Y aún esperamos un poco más a que la abuela reciclara un viejo pijama de tela polar para los colchones y una camiseta a rayas para las sabanas.

 Así que en Navidad, cuando a su prima le regalaron una litera para muñecas de madera, blanca y rosa, mucho más grande y nueva, A. se mordió el labio, porque cuando iba a decir “yo también quiero una” se dio cuenta que debía decir “yo también tengo una”

No sé qué se le pasó por la cabeza pero me gustaría pensar que se acordó que la suya la habíamos hecho entre las dos, que ella había pegado y pintado la escalera, que la abuela le había cosido los colchones… Esa comparación, entre la litera comprada y la hecha con sus manos, creo que fue la mejor lección anticonsumista del año.

Hay que inculcar en los niños el valor de las cosas hechas a mano, no sólo como una lección de paciencia y constancia. Es una excelente manera de que conviertan sus deseos en retos, que no quieran satisfacer su deseo inmediatamente; sino que busquen la manera de conseguir lo que quieren utilizando lo que ya tienen: ingenio, capacidad y tiempo.

En este mundo de satisfacción inmediata y padres helicópteros necesitamos educar en autonomía, empatía y tesón. Palabras que podrían ser mías, pero son de edutalk habilidades del futuro de sparksandrocket