Austero no significa impersonal. Quizá es una de las mejores reflexiones que saco de ponerle un acento minimalista al mes de enero.
Hay recuerdos que son auténticos #sintecho #dondelopongo, -como esa apargata en miniatura que compraste en Menorca (yo no he estado en Menorca, así que ni recuerdo quién me la regaló)-; y otros que asocias a personas o períodos de tu vida que ya pasaron pero que siempre te toca el corazón recordar.
En mi caso, por ejemplo, una taza de Berlín (dónde tampoco he estado) que me regalaron los compañeros de universidad (a quienes tengo que llamar si o sí en breve) o un adoquín de Lisboa, que me recuerda todo lo que significó para mí mi erasmus allí.
Esa son la clase de recuerdos que salvas de la limpieza de tu apartamento. Esos para los que siempre encuentras un hueco en las mudanzas, porque desprenderte de ellos te parece imposible.
Vivo en un piso de alquiler. Y es la excusa perfecta para aplicar el "en casa del herrero cuchillo de palo". Siendo arquitecta, nunca me he planteado decorarlo. O comprar/diseñar algún mueble a medida. Casi todo lo que tenemos viene de nuestros hermanos o primos (el sofá, la mesa del comedor...) o es un mueble standard y ecónomico, aprovechable en cualquier apartamento (= a comprado en *kea o similar). Por no tener, no tenemos ni cortinas. Hasta ese punto mi desapego material al lugar en el que vivo.
Debe ser por eso que aplico la necesidad de tener apego a un lugar que llamar hogar a objetos más pequeños, esos que caben en la primera caja de la mudanza.
Hice un curso de domestika de bordado con srta. Lylo y creo que, dado que el proyecto final que proponían no me motiva demasiado, voy a darlo por acabado con estos dos bastidores, que cuelgan en un pilar del mini-recibidor.
Aún no he dado con un tutorial que me guste para esconder las puntas. Aunque en las fotos las he escondido, normalmente, enseño que son en realidad dos retales cuadrados. La mayoría de los tutoriales que he visto pasan por aplicar cola a la tela, y a mí me gusta la idea de poder sacarlos del bastidor algún día, si quiero. Si sabéis alguno reversible, avisad.
He aprendido mucho más del curso, y me veo capaz de bordar cosas más complejas, pero ahora necesito ir cerrando puertas, dejar las cosas acabadas, sean el projecto final de carrera, la limpieza de mi estantería o un curso de bordado. Tengo ganas de bordar más. Ahora mismo me da más paz incluso que tejer. Así que, no será el último bordado que veréis por aquí.
Interesantísimo post!!!! Cuánta tela que cortar solo con el título..
ResponderEliminarBen Harper tiene una canción cantada con su madre, que se llama justamente A House is a home.. y te describe exactamente lo que es. Tengo una total predilección por esta canción, porque me hace sentir muy identificada con ella. Fíjate que a mí me pasa algo distinto, da igual donde yo esté (he vivido en un montón de sitios distintos) y en cuanto coloco "mis cosas (unas en concreto)" el espacio pasa a ser, casi mágicamente en my home.
Creo que voy a escribir yo también sobre esto ;)