juego de roles

rol: función que alguien o algo desempeña.
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Ahora es cuando N. empieza a meterse en el "papel" y por fin, siento que fue buena idea mantener el rincón de la cocinita de A. en la sala. No le había hecho mucho caso nunca, así que me sorprendió mucho que cuando pensábamos en posibles regalos para pedir en la carta a los reyes magos, contestara con seguridad: una caja registradora. Y es que adoptar el rol de vendedor le gusta más que el de cocinero. Sobretodo porque le permite incluir a su hermana en el juego. Esta visto que es mucho más social que ella.
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El caso en que estos días en que tanto se habla de educar en el feminismo, siento que queda mucho por hacer. Porqué, aunque uno de los aprendizajes del juego símbólico es precisamente, ponerse en la piel del otro, aún perpetuamos micromachismos en el juego. Por ejemplo, jugamos a "médicos y enfermeras". ¡Pero si la mayor parte de pediatras (que son su referencia) son mujeres! ¿Por que no decimos: jugamos a doctoras y enfermeros?

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Ponemos mucho énfasis en la necesidad corregir la paridad en los puestos de responsabilidad, pero nos olvidamos de aplaudir y mostrar como ejemplo a nuestros hijos cuando se da a la inversa: el educador de la escola bressol, el enfermero de pediatría o incluso el comadrón (ya se ve que no preveyeron tener que cambiar de género a las comadronas). Validar y valorar esas elecciones de la misma forma que admiramos y deseamos mujeres científicas, astronautas o políticas. Nosotras podemos ser lo que nosotras queramos, ellos, también. Y el rol de cuidador, sea de niños, ancianos o simplemente, de la familia (incluyendo cocinar, limpiar, etc) no lo rehibindicamos para nuestros hijos. Dignifiquemos y valoremos ese rol, también en masculino.

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Creo que tenemos muchísimo más trabajo en educar a hijos feministas, capaces de ponerse en los zapatos del otro y de defender los intereses de las mujeres (minorías, orientaciones sexuales o otros)  con tanta fuerza como los propios. Sólo así la siguiente generación entenderá que crianza y conciliación no entienden de género y la corresponsabilidad será una realidad.

Yo también creo que cómo madres tenemos mucho que hacer para que las cosas cambien y creo que es nuestro deber, en palabras de la siempre polémica Mayim Bialik "criar a hombres a los que nuestras hijas no teman".

notas: La mayor parte de las comiditas diy siguen on fire y también la nevera que hice con una caja de cava. La cocina, eterno wip, sigue sin horno (y ya no creo que lo tenga) para las fotos no tenía ni cortinas, y hace tiempo que alguién le arrancó el grifo, pero sigue dando juego. 
Lo sé, imperdonable, no haber tejido aún una banderola con su nombre a él también. Nadie es perfecto. 

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