Ya es bien sabido que cuando uno se pone retos díficiles la caída es estrepitosa.
Y aunque sabiamos que en noviembre mediaba el blackfriday, nos vimos capaces de superarlo #sincompras, y lo hicimos, ese día no compré más que el pan y la merienda. Pero no podíamos intuir hace un año que organizarían un sarao tan tentador como el barcelona knits festival.
Quería ignorarlo y quedarme en casa, pero Paula estaba todo el domingo con su podcast family y quise ir a desvirtualizarla. (Si, aquí la que mueve los hilos es Mar desde Viena, pero no nos conocemos "en directo") Y claro, es imposible ir a una feria asi y salir sin nada en la saca. Pero prometo guardarlo bajo llave y que forme parte del stash 2019.
El caso es que, sin contar esa sonada excepción, contuve muchísimo las compras en noviembre. Hay dos paraguas para N. y para mí en nuestra wishlist navideña, pero conseguiremos pasar los días de lluvia que resten este 2018 con nuestros viejos paraguas.
Pero lo que me hizo sentir especialmente orgullosa de mí misma, fué conseguir un rincón de trabajo para A. sin comprar nada nuevo. Mesa y silla, de segunda mano. Y la joya de la corona: una lámpara con un icosaedro de cartón.
Decir que cómo no hay dos sin tres, y R. trajo mucho cartón, tengo otra lámpara casi a punto para nuestra mesa y dos cajitas para los objetos de escritorio. Esto de armar icosaedros con cartón, es adictivo.
Y aunque sabiamos que en noviembre mediaba el blackfriday, nos vimos capaces de superarlo #sincompras, y lo hicimos, ese día no compré más que el pan y la merienda. Pero no podíamos intuir hace un año que organizarían un sarao tan tentador como el barcelona knits festival.
Quería ignorarlo y quedarme en casa, pero Paula estaba todo el domingo con su podcast family y quise ir a desvirtualizarla. (Si, aquí la que mueve los hilos es Mar desde Viena, pero no nos conocemos "en directo") Y claro, es imposible ir a una feria asi y salir sin nada en la saca. Pero prometo guardarlo bajo llave y que forme parte del stash 2019.
El caso es que, sin contar esa sonada excepción, contuve muchísimo las compras en noviembre. Hay dos paraguas para N. y para mí en nuestra wishlist navideña, pero conseguiremos pasar los días de lluvia que resten este 2018 con nuestros viejos paraguas.
Pero lo que me hizo sentir especialmente orgullosa de mí misma, fué conseguir un rincón de trabajo para A. sin comprar nada nuevo. Mesa y silla, de segunda mano. Y la joya de la corona: una lámpara con un icosaedro de cartón.
Decir que cómo no hay dos sin tres, y R. trajo mucho cartón, tengo otra lámpara casi a punto para nuestra mesa y dos cajitas para los objetos de escritorio. Esto de armar icosaedros con cartón, es adictivo.
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