Estos días tengo el ánimo que parece una montaña rusa. A veces lo veo todo con las gafas rosas y quiero creer que somos buena gente y podemos y queremos hacer las cosas bien y que vamos a salir de esta. Y además más concienciados. O más conscientes. De que se puede vivir con menos, de lo que realmente es importante. De quién necesitas y quieres a tu lado...
Y pienso: "Venga, que ya queda menos para que los niños puedan quitarse la mascarilla en clase y sentir que de verdad la escuela es una segunda casa. "
Y luego escuchas las noticias o ves según que comportamientos y tienes claro que las cifras nos van a mantener en alerta y en rojo vivo durante una larga temporada. Que ya veremos si en navidad seguimos con la restricción de máximo 6 personas en una reunión familiar. Y me estreso, y me río de esos mensajes positivos de "todo irá bien" o "ens ensortirem".
Cuando aún estábamos al inicio del desconfinamiento, en la familia estaban por nacer dos bebés. Y tejí para ellos este Pancho y esta tortuga.
En el último momento, quise que los niños participaran en el detalle y una mañana convencí a N. de sacar las pinturas (no le gustan mucho las manualidades) y luego A. me ayudó con el montaje y las cuentas que adornan el móbil. Es de lo más sencillo de hacer y la verdad es que resultaba la mar de relajante verlo girar.
Qué sí, que la cosa va para largo y nos espera un duro invierno, probablemente con alguna cuarentena preventiva de por medio. Pero llegará la primavera, no dejará de salir el arcoiris y es bueno que algo nos arranque la sonrisa y nos haga aferrarnos a la esperanza, aunque sólo sea mientras dura el giro de un poco de brisa.
El tutorial y las plantillas para este easy breezy cardboard rainbow por si necesitamos volver a colgar el arcoiris de nuestra ventana. O para que lo mires cuando tengas un dia gris o el político de turno la haya dicho bien gorda.
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