el gran apagón

Este mes no puedo empezar con otra cosa. Yo no sé dónde os pilló el apagón y hasta que punto os dió ansiedad. Y es evidente que hay quién lo pasó muy mal. Cada uno vivió su propio drama. No quiero herir sensibilidades.

Personalmente, a mí me sorprendió mucho la poca ansiedad que pasé yo. De hecho la fase "hay que verificar que todos están bien" me pasó bien rápido y eso que me pilló con A. de colonias con la escuela y sabía que podía pillarle en el cremallera. En seguida reflexioné: "un albergue de montaña está mucho más preparado que la ciudad para sobrevivir desconectado 24 horas. N. está en el colegio y allí tienen mogollón de luz natural y hasta le podran dar de comer caliente. No hay de que preocuparse. Ya le iré a buscar por la tarde". Privilegios de vivir en una ciudad donde se llega a cualquier lado a pie. Soy consciente.

De hecho, sin ánimo de romantizar, yo ya andaba pensando en pasar la tarde "libre" (de trabajo, se entiende) leyendo, paseando, jugando a juegos de mesa; cuando pocas horas después ya estaba de nuevo delante del ordenador del despacho. Allí la luz y la conexión volvió a las 4 horas.

Y sé que hay gente que lo pasó mal, y no quiero desdramatizar. Es importante saber ¿Qué pasó? ¿Por qué? ¿ Qué hacer si se vuelve a producir? Pero quiero dejar aquí una reflexión: lo pasaron peor aquellos que priorizaron la conexión y la seguridad. Cuando la prioridad debe ser: agua, alimento y abrigo. Si eso está cubierto, aburrirse (poder aprovechar para pasear, leer, escribir, jugar) es un privilegio. Aunque es evidente que siempre va bien además de agua, alimento y abrigo: que los servicios públicos funcionen, que no lo pases solo, y tener algo de dinero en efectivo, una radio (con pilas), velas (y cerillas) a mano. 

No puede ser sano no saber vivir incomunicados 24 horas. Suerte tenemos los que aún vivimos en una época en que te marchabas un mes o más al pueblo y apenas llamabas una vez a la semana desde la cabina! Cuántas veces nos habrán dicho nuestras madres "no salgas de casa sin dinero suficiente para un taxi"?  Y créeme, aún sin teléfonos móviles ni internet, cuando algo importante pasaba, te enterabas. Hay que aplicar más a menudo el "no news, good news" y confiar más en la gente. En el sentido de comunidad. En que si tú no tienes camping gas pero el vecino sí, no dudes que te lo va a prestar si lo necesitas. En que se puede vivir sin amazon, ni shein, porqué el único que te va a fiar en caso de emergencia, es el comercio de la esquina. 

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En abril pasaron otras muchas cosas. Semana Santa, Sant Jordi, se murió un Papa... Seguí moviendo las manos. Acabé las mangas del jersey, que supongo estrenaré el próximo invierno. Cosí una funda de libro y apliqué el bordado en una bolsa. Seguí poniendo verde a la primavera y leí unos cuántos libros más. Te dejo aquí las imágenes de lo que yo tuve entre manos.

Al final, no se necesita un apagón para leer, hablar, jugar más, necesitas trabajar un poco menos y apagar la tecnología más a menudo. A ver si me lo aplico más en Mayo.

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